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La Escalera De Cristal
Alessandra Grosso


Bienvenidos. Esta es una simple colecciГіn de pesadillas, no tiene grandes pretensiones si no dejarte entrar en los pliegues de mi mente. Creo que todos tuvimos pesadillas, con los ojos cerrados. Bueno, soy un super especialista en pesadillas con los ojos cerrados. Las pesadillas con los ojos cerrados son mi maldiciГіn personal: las he tenido desde que era niГ±a y nunca entendГ­ la razГіn. Mi infancia siempre ha estado vinculada al temor de que algo catastrГіfico iba a suceder, para mГ­ o para las personas que amaba. A menudo tuve sentimientos como ese aire frГ­o que causa el escalofrГ­o detrГЎs de tu cuello, esa mano fangosa y helada que toca tu espalda y te hace saltar, sobresaltado; Muy a menudo veГ­a todo negro y despuГ©s de eso tenГ­a que irme a dormir. Tan pronto como entrГ© en el dormitorio tuve miedo de lo que habrГ­a sido cerrar los ojos. Durante la adolescencia las cosas no mejoraron: soГ±Г© y despertГ© temblando y sudando. INTRODUCCIГ“N Bienvenidos. Esta es una colecciГіn simple de pesadillas, no tiene grandes pretensiones si no dejarte entrar en los pliegues de mi mente. Creo que todos tuvimos pesadillas, con los ojos cerrados. Bueno, soy una super especialista en pesadillas con los ojos cerrados. Las pesadillas con los ojos cerrados son mi maldiciГіn personal: las he tenido desde que era niГ±a y nunca entendГ­ la razГіn. Mi infancia siempre ha estado vinculada al temor de que algo catastrГіfico iba a suceder, para mГ­ o para las personas que amaba. A menudo tuve sentimientos como ese aire frГ­o que causa el escalofrГ­o detrГЎs de tu cuello, esa mano fangosa y helada que toca tu espalda y te hace saltar, sobresaltado; Muy a menudo veГ­a todo negro y despuГ©s de eso tenГ­a que irme a dormir. Tan pronto como entrГ© en el dormitorio tuve miedo de lo que habrГ­a sido cerrar los ojos. Durante la adolescencia las cosas no mejoraron: soГ±Г© y me despertГ© temblando y sudando. DespuГ©s de una noche como esta tuve que enfrentar la vida como todos, pero estaba llena de dudas sobre el futuro y cada vez tenГ­a la opciГіn de hacer que las pesadillas empeoraran. Mi vida se convirtiГі en un infierno, me callГ© y siempre me preguntaba dГіnde estaba, dГіnde estaba y dГіnde querГ­a ir. Con el tiempo aprendГ­ a escribir mis sueГ±os para tratar de entenderlos, mientras que en otra hoja escribo mis deseos para ver si se hacen realidad. Esta Гєltima idea me ha ayudado en mГЎs de una ocasiГіn para aclarar las cosas, pero ahora volvamos a las pesadillas. PensГ© que te contarГ­a mis pesadillas romГЎnticas y las atarГ­a una detrГЎs de la otra para darte la colecciГіn de todas las emociones escalofriantes que he sentido. Lo siento por el regalo frГ­o, pero mi mente es un lugar frГ­o y desordenado. Es la mente de una mujer, de una luchadora que ha enfrentado abiertamente al mal y que ha decidido hablar. Mis palabras ocasionalmente pueden herir a las almas mГЎs susceptibles, pero no son ni me siento de ninguna manera mejor que ustedes. Ves el mundo a travГ©s de tus filtros y tu sensibilidad; Yo uso el mГ­o en su lugar. Intento usar el tercer ojo para crear una visiГіn de un futuro mГЎs fГ©rtil y rentable, despuГ©s de todas las aventuras que he pasado en la vida. Intento ver un futuro lleno de sueГ±os, estudios y viajes... Les recuerdo que los sueГ±os son deseos; Pero ahora volvamos a las pesadillas. Ya que la pesadilla con los ojos cerrados es mi especialidad desde siempre, las razones de este fenГіmeno son muchas... y quizГЎs la mГЎs importante es esta: tengo paciencia pero tambiГ©n soy una persona sensible y emocional; a lo largo de mi vida he tenido muchas astillas en mis pies y mis perГ­odos oscuros. Pero siempre he buscado la luz para ilustrar esta parte de mi vida, y ahora te harГ© saber sobre mi poema favorito: La escalera de cristal.







LA ESCALERA DE CRISTAL

Por: Alessandra Grosso

Traducido al EspaГ±ol por Carmen Josefa CortГ©s GutiГ©rrez




La Escalera de Cristal

Alessandra Grosso



Reservados todos los derechos. No se permite la reproducciГіn total o parcial de esta obra, ni su incorporaciГіn a un sistema informГЎtico, ni su transmisiГіn en cualquier forma o por cualquier medio (electrГіnico, mecГЎnico, fotocopia, grabaciГіn u otros) sin autorizaciГіn previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracciГіn de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.



TГ­tulo original: Scala e Cristallo

ImГЎgenes: В© Pixabay.com



В© Alessandra Grosso, 2019



В© Por la traducciГіn, Carmen Josefa CortГ©s GutiГ©rrez, 2019






Table of Contents




La Escalera de Cristal (#u6389f0a0-363f-569f-b9c0-ddf61deb23da)

INTRODUCCIГ“N (#u551a41d7-b23e-5bda-aa5a-26e019bef1bb)

LA MISION (PRГ“LOGO) (#ub73cc8db-e5bd-5e18-9523-2f299f7d2a1a)

PARTE 1 (#u13fb08b5-3b4f-502b-aeb4-a2c0fb1b8d57)

PodГ­an oler todo y percibir el miedo, como muchas bestias salvajes. (#uef130c11-eb16-5e21-8177-533d8d3ab112)

CAPГЌTULO 2 (#u34f04b44-1998-5ec3-a32b-42f05e34be23)

LA CONSOLACIГ“N Y PROBLEMAS ALTERNATIVOS (#u42eac54c-1665-5966-b33d-320a6a4be5d0)

PARTE II (#u78fedd89-ecf9-5f26-8fb7-d3be70a5b706)

LAS ARAГ‘AS DEL FIN DEL MUNDO (#litres_trial_promo)

LA VIEJA (#litres_trial_promo)

LA CIUDAD PERDIDA (#litres_trial_promo)

LA MUJER SEMAFORO (#litres_trial_promo)

EL DRAGON (#litres_trial_promo)

LA LARGA CAMINATA (#litres_trial_promo)

CONSECUENCIAS DE LA MARCHA (#litres_trial_promo)

LA TRAICIГ“N (#litres_trial_promo)

LA EXPLICACIГ“N (#litres_trial_promo)

LA MUERTE TE HACE HERMOSA (#litres_trial_promo)

ELIMINACIГ“N DEL PEГ“N (#litres_trial_promo)

LA CAГЌDA DEL ALFIL (#litres_trial_promo)

LA MATANZA DE LOS CABALLOS (#litres_trial_promo)

JAQUE MATE Y LA DAMA TENEBROSA (#litres_trial_promo)

EL REY Y LA REINA (#litres_trial_promo)

EPГЌLOGO (#litres_trial_promo)

DISCURSO A LA HUMANIDAD (POR CHARLIE CHAPLIN) (#litres_trial_promo)

DISCURSO SOBRE MIS ERRORES (#litres_trial_promo)

CONCLUSIONES (#litres_trial_promo)

AGRADECIMIENTOS (#litres_trial_promo)



INTRODUCCIГ“N

ВЎBienvenidos! Esta es una simple colecciГіn de pesadillas, no tiene grandes pretensiones, si no dejarte entrar en los entresijos de mi mente. Creo que todos tuvimos pesadillas, con los ojos cerrados. Bueno, yo soy una sГєper especialista en pesadillas con los ojos cerrados. Las pesadillas con los ojos cerrados son mi maldiciГіn personal: las he tenido desde que era niГ±a y nunca comprendГ­ la razГіn. Mi infancia siempre estuvo vinculada al temor de que algo catastrГіfico iba a suceder, a mГ­ o a las personas que amaba. A menudo tenГ­a sensaciones, como ese aire frГ­o que causa los escalofrГ­os detrГЎs de tu cuello, esa mano fangosa y helada que toca tu espalda y te hace sobresaltar; horrorizada. Muy a menudo veГ­a todo negro y enseguida me tenГ­a que ir a dormir. Tan pronto como entraba en la habitaciГіn tenГ­a miedo de lo que serГ­a cerrar los ojos. Durante la adolescencia las cosas no mejoraron: soГ±Г© y me despertГ© temblando y sudando. DespuГ©s de una noche como esa tenГ­a que enfrentar la vida como todos, pero estaba llena de dudas sobre el futuro y siempre existГ­a la posibilidad de que las pesadillas empeoraran. Mi vida se convirtiГі en un infierno, me callaba y siempre me preguntaba dГіnde habГ­a estado, dГіnde estaba y a dГіnde querГ­a ir. Con el tiempo aprendГ­ a escribir mis sueГ±os para tratar de entenderlos, mientras que en otra hoja escribГ­a mis deseos para ver si se hacГ­an realidad. Esta Гєltima idea me ha ayudado en mГЎs de una ocasiГіn para aclarar las cosas, pero ahora volvamos a las pesadillas. PensГ© que te contarГ­a mis pesadillas romГЎnticas y las atarГ­a una detrГЎs de la otra para darte la colecciГіn de todas las emociones escalofriantes que he sentido. Lo siento por el gГ©lido regalo, pero mi mente es un lugar frГ­o y desordenado. Es la mente de una mujer, de una combatiente que ha enfrentado abiertamente al mal y que ha decidido hablar. Mis palabras ocasionalmente pueden herir a las almas mГЎs susceptibles, pero no soy ni me siento de ninguna manera mejor que ustedes. Ves el mundo a travГ©s de tus filtros y tu sensibilidad; Yo uso el mГ­o en su lugar. Intento usar el tercer ojo para crear una visiГіn de un futuro mГЎs fГ©rtil y productivo, despuГ©s de todas las aventuras que he pasado en la vida. Intento ver un futuro lleno de sueГ±os, estudios y viajes... Les recuerdo que los sueГ±os son deseos; Pero ahora volvamos a las pesadillas. Ya que las pesadillas con los ojos cerrados es mi especialidad desde siempre, las razones de este fenГіmeno son muchas... y quizГЎs la mГЎs importante es esta: tengo paciencia pero tambiГ©n soy una persona emotiva y sensible; a lo largo de mi vida he tenido muchas espinas en los pies y mis perГ­odos oscuros. Pero siempre he buscado la luz para ilustrar esta parte de mi vida, y ahora te contarГ© sobre mi poema favorito: La Escalera de Cristal.


LA ESCALERA DE CRISTAL










Hijito, te dirГ© algo:

La vida para mГ­ no ha sido una larga escalera de cristal.

Ha tenido clavos,

y espinas,

y tablas desconectadas,

y trayectos sin alfombra:

desnuda.

Pero siempre

seguГ­ subiendo

hasta llegar al rellano,

daba una vuelta,

y por momentos entraba en la oscuridad

donde no habГ­a luz.

Por eso, hijo, no te regreses.

No te detengas en los escalones

aunque estГ©s agotado por el andar.

No caigas ahora:

porque yo aun continГєo, amor,

yo sigo escalando,

la vida para mГ­ no ha sido una escalera de cristal.




LA MISION (PRГ“LOGO)



La misiГіn de nuestra heroГ­na es preservar su vida y encontrar su equilibrio y su libertad e independencia despuГ©s de enfrentar a todos sus monstruos, que son muchos.

Muchos son los obstáculos internos y externos que he tenido que enfrentar, que se han materializado y desmaterializado en mis pesadillas, pero siempre he buscado la luz, como se puede ver en el poema “La Escalera de Cristal”.

La escalera de cristal representa el perГ­odo de confusiГіn por el que estoy pasando y el deseo de realizarme.

En el libro, primero verГЎs a una heroГ­na muy tГ­mida que huye delante de sus monstruos; luego comienza a pelear, aunque a veces, cuando la situaciГіn se torna mГЎs peligrosa, escapa. Al final de un complicado proceso interior, se verГЎ el predominio del combate con respecto a la fuga.

En estos pasajes, hablo de una evoluciГіn personal del escape al ataque, pero todo esto sucede para preservarme o para proteger lo que creo correcto.

En el libro me ayudarГЎn algunos y otros me obstaculizaran, pero ahora te dejo leer.

Buena lectura…




PARTE 1



SoГ±adores ...

"Solo los que sueГ±an pueden mover montaГ±as ..." cita de la pelГ­cula Fitzcarraldo










CAPГЌTULO 1






"Siempre apunta a la luna, si te va mal, habrГЎs vagado entre las estrellas". (Les Brown)



EL ESCAPE






"La vida es una larga lecciГіn de humildad". (James Matthew Barrie)



Iba corriendo escaleras arriba para conseguir la llave que finalmente me liberarГ­a. SabГ­a instintivamente que habГ­a cincuenta y cinco escalones para subir y otros cincuenta y cinco para bajar. DetrГЎs de mГ­ se cerraba la puerta, los portones y las antiguas rejas; Todo era oscuridad y desesperaciГіn.

El miedo y la ansiedad, los sentimientos, la respiraciГіn corta y forzada, las paredes que van del amarillo al blanco cremoso se vuelven cada vez mГЎs borrosas... Estaba entrando en el infierno pero no podГ­a disminuir la velocidad. En mi carrera, la llave para salir de ese lugar lo era todo: ВЎera la salvaciГіn!

Cuando lleguГ© al Гєltimo escalГіn, me dirigГ­ hacia la habitaciГіn donde estaba la llave. Era el sГ­mbolo de la liberaciГіn, era nuestra liberaciГіn de las tinieblas... pero sabГ­a que el monstruo con garras la defenderГ­a: no serГ­a fГЎcil.

Frente al monstruo se requerГ­a fuerza. HabГ­a sido un hombre en la vida anterior, un hombre fuerte, pedГіfilo y poderoso. Pude saltar a su derecha y atacar con la Гєnica silla de madera que habГ­a encontrado, una silla contra un monstruo que habГ­a sido un mito en la vida... Una vida de excesos, borracho hasta el amanecer, cocaГ­na, mujeres, millones de mujeres, pedofilia, hasta que fue horriblemente quemado vivo.



Siempre habГ­a sido sensible en la vida y comprendГ­, percibГ­, las debilidades del monstruo y, de improviso, lo ataquГ©: con un movimiento esquivo, rompГ­ la silla en su cabeza. Al romper la silla quedaron en mi mano dos astillas. Agitada, apuГ±alГ© furiosamente al monstruo en el pecho y en el cuello.

Ahora la horrible figura quemada estaba en el suelo. PodГ­a solo intentar prenderle fuego. Lo habrГ­a hecho mГЎs lento: tenГ­a fobia... el horrendo monstruo le tenГ­a una fobia al fuego que hubiese arrasado la envidia con la que se habГ­a alimentado toda su vida, una feroz envidia hacia la belleza y la inocencia, de hecho habГ­a sido un psicГіpata y manipulador. Estaba casi segura de esta fobia, pero antes tendrГ­a que defenderme e inutilizarlo.

Durante toda la vida comprendiГі que la envidia y los celos se veГ­an mal, asГ­ que los enmascarГі detrГЎs de una armadura hecha de encanto e intelectualismo, pero sus pensamientos eran oscuros y desagradables; de hecho se dice que "Muy mala cosa es el hambre". Para mГ­ la envidia es peor, y en esta historia ha originado guerras, luchas, conflictos y un duelo interminable.

EncontrГ© mi encendedor de los buenos tiempos, lo llamГ© el "Zippo de mis diecisГ©is aГ±os", cuando fumaba en secreto. Me movГ­ rГЎpidamente y lancГ© el Zippo, luego vi la llave, la tomГ© y corrГ­ hacia las escaleras.

Cincuenta y cinco escalones.

Yo era joven, y los subГ­ volando.

SentГ­ dolor en mi rodilla pero continuГ©. PensГ© que cada escalГіn era la vida, los contГ© y recontГ©.

Al llegar a la cima, finalmente me volvГ­ detrГЎs de la barandilla que protegГ­a las escaleras y rГЎpidamente entreguГ© la llave a los compaГ±eros que buscaban la luz, pero tambiГ©n a los que querГ­an ir en la direcciГіn opuesta y aventurarse por los abismos.

La llave girГі, pero mientras tanto sentГ­ que el monstruo se estaba recuperando y se estaba acercando: querГ­a volver a la escalera.

QuerГ­amos salir de allГ­ y escapar hacia la luz... la luz que siempre habГ­a estado buscando, pero mientras tanto, tenГ­a frente a mГ­ los intrincados barrotes de la puerta pintados de blanco que me recordaban a la pureza y una vez mГЎs a la luz.

Las barras eran resistentes y gruesas y el monstruo se mantendrГ­a alejado de ellas porque la luz me protegГ­a... Вїpero quГ© otra cosa podrГ­a hacer este elemento protector?

ВїLa luz? ВїQuГ© cosa es la luz? ВїDios? ВїLuz como Lucifer? Eh, estas son preguntas, son preguntas... Вїpero y las respuestas?

SeguГ­ buscГЎndola, y despuГ©s de escapar del monstruo del sГіtano me aventurГ© dentro de una oscura iglesia.

El monstruo habГ­a blasfemado, furioso, con su voz gutural y aterradora; habГ­a maldecido, pero las rejas permanecГ­an cerradas, todos habГ­an huido y la llave ahora estaba disponible para aquellos que querГ­an morir o ir a matarlo definitivamente. Es lo mГЎs que pude hacer.

No sabГ­a quГ© era lo extraГ±o de la vieja iglesia oscura, pero de repente me encontrГ© sola y en tinieblas en esa iglesia polvorienta y de paredes destartaladas y desnudas.




Me aventurГ© a lo largo de la capilla, que creo que era la nave principal y vi a un extraГ±o arrodillado con una estatua.



ExtraГ±a estatua, pensГ©. ВїQuГ© serГЎ...?

Estaba llena de sangre.

Un escalofrГ­o y luego una voz.

"ВЎNO existe una sola muerte!"

ВїSerГЎ realmente la muerte el final de todo o iremos al pasado? ВїO al futuro? ВїO nos convertiremos lentamente en una nube de humo? ВїUn pasado cercano o lejano o una dimensiГіn paralela?

Me preguntГ© esto mientras me encontraba fuera de la misteriosa iglesia vagando entre los helechos. Majestuosos helechos gigantes con hojas brillantes que olГ­an a selva y me recordaban mi infancia cerca del lago en la antigua casa de campo. Esa casa de campo estaba cerca, pero yo era curiosa y querГ­a ir mГЎs allГЎ de la extensiГіn de los helechos, en una actitud de bГєsqueda y reconocimiento, tГ­pica de la pubertad temprana. Mi juventud me indicaba "explora", mi sabidurГ­a "piensa", mi corazГіn "siente". SeguГ­ mi naturaleza aventurera... e incluso en ese momento lo estaba haciendo, como es tГ­pico de mi personalidad.

EncontrГ© una escena del pasado, una feroz lucha entre tiranosaurios, y escapГ©. Antes de huir, puedo asegurar que he visto los dientes afilados de los dos animales y su actitud desafiante convertida en un ataque real. Con sus cuerpos gigantescos y musculosos se enfrentaron, destruyendo todo lo que encontraban.

HabГ­an talado ГЎrboles y destruido mis amados helechos, en una lucha tГ­pica del perГ­odo reproductivo.

Corriendo, caГ­ sobre piedras que rodaban unas sobre otras. El ruido atrajo a las sensibilГ­simas bestias, que se voltearon e iniciaron la cacerГ­a.









PodГ­an oler todo y percibir el miedo, como muchas bestias salvajes.

Me escapГ© desesperada, mi respiraciГіn se hacГ­a cada vez mГЎs pesada. Las venas me palpitaban, estaba agotada, pero no podГ­a permitirme parar: tenГ­a que haber una salida. Y a veces la salida es mГЎs aterradora que las cosas de las que estamos huyendo. Mi salida era un callejГіn oscuro que se continuaba con un tГєnel agrietado y sombrГ­o, insertado en una cavidad.

TenГ­a que enfrentarme a la claustrofobia.

AsГ­ que de un empujГіn me metГ­ en ella. Afuera, las bestias gigantescas rugГ­an lГ­vidas de rabia, porque ya no podГ­an ver a su presa.

Me arrastrГ© durante mucho tiempo, el aire era rancio, maloliente y horrible de respirar. Yo le tenГ­a miedo a las araГ±as y a los ratones... Siempre habГ­a odiado a las araГ±as y a los ratones. Especialmente estos Гєltimos me aterrorizaban: de niГ±a fui al gallinero y vi una enorme rata robando huevos de gallina. Pero era pequeГ±a, sin embargo ahora era una mujer y era hora de luchar por la vida.

Luchar para sobrevivir o escapar si el oponente era mГЎs grande: este era el mecanismo detrГЎs de la supervivencia humana. Siempre lo habГ­a sido, y continuГ© usГЎndolo, para mГ­ misma, para la supervivencia de la especie humana, para toda la humanidad.

La humanidad nunca habГ­a sido el centro de mis pensamientos. Antes de todas estas aventuras, yo habГ­a sido una nerd; Una chica difГ­cil, cerrada, siempre vestida de negro y bastante deprimida, incluso con pensamientos suicidas. Sin embargo ahora era el momento de luchar y salir del tГєnel.

Me arrastrГ©, me araГ±Г© y tratГ© de seguir adelante.

Cuando me deslicГ©, ya era de noche, una noche aterradora casi sin luna, con un cielo negro y, a veces, asomada y agresiva a travГ©s de las nubes. Las nubes tenГ­an la fuerza de un guepardo por los colores que se aventuraban en los mГєsculos del animal con inquietantes sombras rojas.

Y lo vi todo. Vi a un tiranosaurio vagando frente a mГ­ mientras lo observaba escondida en esta especie de balcГіn natural.

BajГ© de allГ­ solo durante el dГ­a y me sentГ­ mГЎs fuerte, lista para ver a otros monstruos e investigar para comprender la verdadera naturaleza de las cosas: la mente estaba abierta a cualquier eventualidad, a ver otras criaturas extraГ±as y a capturar otros sueГ±os singulares.

Los sueГ±os habГ­an sido todo para mГ­, el desahogo de todos mis deseos; eran la percepciГіn de las cosas incluso antes de que sucedieran, la percepciГіn del NO, a mi solicitud de ayuda a un querido amigo que no me habГ­a entendido como ser humano.

HabГ­a soГ±ado con esta negaciГіn de ayuda, pero con mi naturaleza obstinada y valiente, fui en contra de lo que habГ­a percibido, y seguГ­ adelante. CerrГ© la puerta de golpe porque no escuchГ© mi voz interior natural y sensible. Lo advertГ­ desde la tierna infancia, pero solo recientemente me habГ­a dado cuenta de ello, justo ahora que estaba huyendo de los monstruos o luchando contra ellos.

EmpecГ© a caminar por un valle escarpado, hojas de roble rojo por todas partes. Era otoГ±o, las hojas se desprendГ­an de los ГЎrboles, el olor a lluvia reciГ©n caГ­da, a musgo salvaje.

Cerca de mГ­, un ambiente tenue, donde finalmente podrГ­a encender un fuego para calentarme. Afortunadamente, todavГ­a tenГ­a mi reserva de carne seca en la bolsa; PreparГ© el fuego y acampГ© cГіmodamente. Luego me acostГ© para pasar la noche.

La noche fue larga y soГ±Г© con viajar a travГ©s de los mares sobre barcos destruidos.

Al despertar, la escarcha y luego las gotas de rocГ­o. DebiГі de ser a mediados de septiembre y las hojas habГ­an creado una capa de varios centГ­metros donde se hundГ­an mis botas.








Eran botas cГіmodas y femeninas con la elegancia de las viejas botas de vaquero. El pensar en ello atenuГі las reflexiones sobre la soledad, el frГ­o y el profundo aguijГіn de la nostalgia y los pensamientos Г­ntimos y tristes. Fue esta intimidad la que sentГ­ en lo profundo de ese extraГ±o bosque de robles rojos, donde las hojas caГ­an y eran rojas como la sangre.

Sin embargo me sentГ­a seguida, espiada.

Este sentimiento de ser espiada, la percepciГіn de que algo oscuro se estaba acumulando y haciendo planes a mis espaldas, la habГ­a tenido conmigo desde los aГ±os de mi adolescencia, cuando alguien habГ­a escondido mensajes extraГ±os en mi correo, mensajes que parecГ­an de amor, pero no eran muy claros y, por lo tanto, aГєn mГЎs perturbadores.

A pesar de esos presagios oscuros, avanzaba en la maleza y, a menudo, me daba la vuelta para comprobar porquГ© no me sentГ­a serena; SentГ­a la niebla, el rocГ­o y no sabГ­a quГ© era.

Entonces, de repente, la incertidumbre y el miedo se materializaron y fue un miedo real, un terror como el que solo los niГ±os pueden percibir.

Me sentГ­ pequeГ±a y huГ­ de ese hombre con botas negras que me estaba persiguiendo, preguntГЎndome como un loco: "ВїPor quГ©?"

Pero… ¿cómo, "por qué"?

ВїPor quГ© en lugar de eso me estГЎs haciendo esta pregunta? Me dije a mi misma.

Mientras corrГ­a para no ceder al pГЎnico, pensГ© en cГіmo organizarme para sobrevivir: era el instinto de supervivencia, era una especie de frialdad natural y orgullo.

Г‰l podrГ­a haberme matado, pero nunca habrГ­a entrado en mi mente.

Mi cerebro se concentraba, mientras mi cuerpo escapaba.

CorrГ­ sobre las raГ­ces con la esperanza de que el hombre feroz que me seguГ­a, se cayera. Nunca lo mirГ© a los ojos, esos ojos que te controlaban sigilosamente, los ojos de cocodrilo que apuntan a la presa bajo el agua.

Por intuiciГіn supe que mi perseguidor era diabГ©tico. Lo habГ­a percibido gracias a una de mis extraГ±as intuiciones y gracias a algunas voces provenientes de otras dimensiones muy distantes. TambiГ©n sabГ­a que era diabГ©tico porque sus pies estaban cubiertos de llagas; Pronto tuvieron que ser cortados.

Mi esperanza provenГ­a de mi ГЎnimo tenaz y esperaba que se cansara, esperaba que la extraГ±a enfermedad que probablemente sufrГ­a lo afectara repentinamente en la carrera, que detuviera el metabolismo del azГєcar o que simplemente tuviera una crisis y cayera al suelo.

CorrГ­, mientras que las ramas se volvieron mГЎs bajas y mГЎs intrincadas. Me agachГ© esperando que Г©l tuviera mГЎs dificultad, siendo mГЎs alto que yo; TirГ© de las ramas hacia mГ­, deseando que le dieran en la cara.

Odiaba profundamente lo que me estaba haciendo. Mi odio fue causado, en particular, por el miedo que sentГ­a. En parte fue orgullo, lo admito: ВїquiГ©n fue el que me obligГі a huir?, Вїa atormentar mis extremidades en las garras torturantes del miedo?

Mientras tanto, seguГ­ corriendo y Г©l, con su cuerpo fuerte, parecГ­a tolerar que la carrera de velocidad se hubiera convertido en una carrera de resistencia.

Mi sudor caГ­a al suelo junto con grandes lГЎgrimas, y sentГ­ que la esperanza me estaba abandonando... pero luego vi algo nuevo: mi abuelo, frente a mГ­.

Al verme preocupada, mi abuelo me hubiese proyectado a otra situaciГіn, a una dimensiГіn mucho mГЎs Г­ntima y menos peligrosa, y Г©l me habrГ­a tranquilizado, estaba segura de eso.

Mi certeza pronto habrГ­a tenido tiempo de materializarse o destruirse.




CAPГЌTULO 2






"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueГ±os" (Eleanor Roosevelt)




LA CONSOLACIГ“N Y PROBLEMAS ALTERNATIVOS



Realmente era mi querido abuelo, tierno en la vejez, terrible en su juventud. Siempre habГ­a sido un tipo difГ­cil, rencoroso y mordaz, y en cierto modo era el tГ­pico macho italiano.

De joven habГ­a tenido cabello castaГ±o, con ojos oscuros espaГ±oles, piel de oliva quemada por el sol, anchos hombros campesinos. No era alto, como yo, pero si mucho mГЎs robusto. Solo las manos que tenГ­amos eran las mismas, largas y delgadas, las que los britГЎnicos definГ­an como de panaderos, y de hecho este habГ­a sido su trabajo durante toda su vida. Se levantaba antes de que el gallo cantara para trabajar muy duro, y no necesitaba la radio: pues, de hecho, tenГ­a una voz cГЎlida y llena, de barГ­tono, una voz que te hace compaГ±Г­a y te tranquiliza en la vГ­a, y en el camino de mis sueГ±os, me lo encontrГ© de nuevo.



Nuestro encuentro habГ­a sido reconfortante. Puso su mano larga y callosa en mi hombro y me susurrГі que no me preocupara, que todo se calmarГ­a y que me entendГ­a, me consolaba y sabГ­a lo difГ­cil que habГ­a sido mi travesГ­a. AsГ­ es, a lo largo de todo mi recorrido emocional habГ­a encontrado malezas y espinas, y mis pies estaban llenos de ampollas. Moralmente estaba muy deprimida.

Г‰l sabГ­a por lo que estaba pasando. HabГ­a sido un lГ­der partidista, habГ­a luchado contra la opresiГіn de Mussolini. Amaba la libertad y ese era el nombre que le habГ­an dado: se llamaba Libero. Era libre, era etГ©reo; Ahora era un espГ­ritu, despuГ©s que un ataque cardГ­aco nos lo arrebatara repentina y rГЎpidamente en 1996.

Tan rГЎpido que no habГ­a tenido el coraje de ir a verlo en la funeraria.

Sin embargo, ahora estaba frente a mГ­, como lo recordaba: todavГ­a era oliva, siempre activo, y con la preocupaciГіn de ver a su nieta convertirse rГЎpidamente en una joven mujer.

SГ­, una mujer, me habГ­a convertido en una mujer. Me sentГ­ inocente e ingenua, pero sabГ­a que todavГ­a me sucederГ­an muchas otras cosas, que la vida era larga y llena de problemas, de molestias.



Dicen que para cada uno de nuestros talentos, Dios nos da un lГЎtigo. El lГЎtigo es dado para autoflagelarse y este Гєltimo tiene un nombre: para mГ­, se llama sentido de culpa.

Los sentimientos de culpa siempre me habГ­an causado pesadillas y, de hecho, siempre habГ­a sido muy comprensiva con los niГ±os, y eso me habГ­a llevado a la prГіxima pesadilla con los ojos abiertos.

Los alumnos vieron cГіmo se materializaba un niГ±o que me perseguГ­a, pero no era un niГ±o sonriente: tenГ­a uГ±as y dientes, colmillos que podГ­an morder y desgarrar. La pequeГ±a criatura podrГ­a destrozarme. Estaba llorando, pero su llanto era casi un ladrido horripilante, y yo estaba aterrorizada, sudaba y temblaba. Siempre habГ­a sido emotiva, de hecho, me representaba bien la descripciГіn de la persona sensible, en este caso aterrada.

Los sensibles son emocionales y empГЎticos. Aman la vida tranquila, las sonrisas y los niГ±os; sufren de sentimientos de culpa, se retiran en corazas dentro de sГ­ mismos.

No pude enclaustrarme en mГ­ misma porque el niГ±o enfurecido me perseguГ­a y lloraba, gritando y aullando como el viento.

TenГ­a miedo de enfrentarme a la bestia y a mi inocencia que no habГ­a preservado. No habГ­a salvado lo que deberГ­a haber salvado y mi conciencia me siguiГі y me persiguiГі, y no pude hacer nada mГЎs que escapar, una vez mГЎs.

No hubiera tenido el corazГіn para golpear a un niГ±o, asГ­ que corrГ­, pero me encontrГ© corriendo con unas incГіmodas botas de tacГіn alto. Esto me produjo un dolor sordo en cada paso, que me desgarraba la piel y se me ampollГі rГЎpidamente. Era un tormento sin fin.

Luego caГ­ sobre mis codos y empecГ© a avanzar con un esfuerzo aГєn mayor sobre el piso de madera marrГіn oscuro, resbaloso y hostil, tan frГ­o como los ojos del niГ±o que me perseguГ­a. SabГ­a que los merecГ­a, esos ojos, no habГ­a defendido a suficientes niГ±os en la vida, no los habГ­a amado lo suficiente y a travГ©s de este Гєltimo monstruo volvieron a visitarme. Una visita amarga pero constructiva: tenГ­a que pagar el precio de mis errores y estaba lista para reconocerlos.

DespuГ©s de esa persecuciГіn hubo otra visiГіn perturbadora: una niГ±a pequeГ±a que rebotaba contra las paredes y no podГ­a evitar que se lastimara. Estaba resbaladizo, cubierto de aceite y cambiaba de direcciГіn. Era impredecible.

Representaba exactamente la confusiГіn que llevaba dentro.

No sabГ­a si protegerla o salvarme del monstruo que todavГ­a me perseguГ­a, el bebГ© aullando preguntГЎndome por quГ©, tratando de agarrarme y llamГЎndome MAMГЃ.

Una palabra espantosa para mí que, aunque amo a los niños, nunca he considerado seriamente ser madre y construir una familia. Siempre lo he visto como algo lejano en el futuro, lejos de mí, limitando mi personalidad y también, odio tener que admitirlo, destructivo para el delicado cuerpo femenino. Son tiernos los niños, y necesitan atención, cada vez que veía a las hijas de mis amigas dando sus primeros pasos, vagaba pensativamente, temiendo que la plaga de turno rompiera algo o se hiciera daño; Luego, están los niños y… los niños. Hay niños que no nacen normales.

Quiero decir, todos tenemos nuestra individualidad, pero hay niГ±os que abusan de los animales y esta es una primera seГ±al preocupante. Muchos asesinos en serie solГ­an abusar de los animales cuando eran niГ±os, y fue el caso del niГ±o que me perseguГ­a en aquel lugar sucio, esa cabaГ±a boscosa llena de celdas.

SentГ­, por su violencia, por la forma en que rompiГі las cosas, que no habГ­a recibido amor, pero tambiГ©n sentГ­ que la semilla del mal era inherente a Г©l: habГ­a sido maltratado y ahora disfrutaba del abuso. Era el mal que se esparcГ­a como una enfermedad sin dar tregua, que te perseguГ­a y que acabarГ­a destruyГ©ndote lentamente simplemente con tocarte. Era angustioso y siempre presente. No podГ­a seguir huyendo, tenГ­a que reaccionar, pero todavГ­a no sentГ­a mis piernas lo suficientemente fuertes, incluso si, tarde o temprano, debГ­a tomar una decisiГіn.

La decisiГіn fue vital, no podГ­a dejar que el niГ±o me destruyera, pero tambiГ©n tenГ­a que detener a la niГ±a que continuaba resbalГЎndose y rebotando contra las paredes.

TenГ­a que estudiar un plan, una estrategia para convertir en inofensivo al monstruo y salvar a la niГ±a.

AdemГЎs, tambiГ©n me dolГ­a la espalda: era mi reacciГіn tГ­pica al estrГ©s.

La tensiГіn nerviosa, por ejemplo, antes de los exГЎmenes universitarios, me hacГ­a contraer los mГєsculos de la espalda, con malos resultados para los hombros y los mГєsculos cervicales.

Sin embargo, tenГ­a que hacer algo, ВЎtenГ­a que hacer una maldita cosa!

Me movГ­, para que la niГ±a no se golpeara contra la pared sino contra mГ­; Esperaba que despuГ©s de un tiempo de inercia se detuviera. Las cuerdas desgarradas que la balanceaban estaban desarticuladas, parcialmente desolladas y deshaciГ©ndose; Sin embargo eran resistentes. TratГ© de cortarlas con la navaja que saquГ© de mi bolso, pero ella tendГ­a a salirse de mis manos y estaba muy viscosa debido al aceite espeso e impenetrable. Una sustancia oleosa similar al betГєn.

Estaba oscuro y este asunto me daba problemas. Me sentГ­ observada por el niГ±o que me perseguГ­a, sentГ­ escalofrГ­os en mi espalda y temГ­ la muerte en cada instante, en cada respiraciГіn... El niГ±o era mi conciencia y no me daba paz.

La conciencia es lo que te mantiene despierto por la noche y te hace observar mucho tiempo un techo que siempre es el mismo.

Te hace caminar pasado y futuro en un instante, ves toda la vida en un momento y luego tienes que decidir, tienes que decidir de acuerdo con tu conciencia.

Y decidГ­: tratarГ­a de salvar a la niГ±a. PodrГ­a morir, podrГ­a hacerme pedazos, pero tenГ­a que pasar la prueba; TenГ­a que cambiar y ser mГЎs fuerte.

La fortaleza tambiГ©n se aprende al caminar y querГ­a que asГ­ fuera en mi vida, no querГ­a huir hasta que fuera estrictamente necesario. Algo en mГ­ estaba cambiando y, a la final, si, era justamente de esa manera.

Fue un deseo de paz y justicia lo que paradГіjicamente me empujГі a luchar, una mezcla de bondad y dignidad que es inherente a los buenos guerreros de las historias que me contaron de niГ±a. Fue la no aceptaciГіn del mal, jamГЎs y sin ningГєn tipo de compromiso, pues debido a compromisos por demasiada bondad que habГ­a asumido, tuve que recurrir a la huida, la humillaciГіn y un sentimiento deprimente de baja autoestima. Ya no querГ­a depresiГіn, querГ­a combatirla. QuerГ­a salvar a la niГ±a que estaba dando vueltas, porque en ese pГ©ndulo de incertidumbres me vi a mГ­ misma, balanceГЎndome entre una decisiГіn y otra, confundida e insegura.

Tuve que actuar instintivamente cuando la niГ±a llegГі a mitad de camino. TratarГ­a de cortar la cuerda, el problema era: Вїcon quГ©?

PodrГ­a haber intentado con el cuchillo con el que cortГ© la carne seca o las ramas enteras de las bayas que tanto me gustaban. Era una navaja pequeГ±a y estaba bastante maltratada... pero tenГ­a que actuar con rapidez y ser precisa, porque tenГ­a otro monstruo no lejos de mГ­.

Me lancГ© con la cabeza gacha, pensando que podГ­a ser mi hija y que tenГ­a el deber moral de salvarla, o al menos intentarlo. El cuchillo cortГі rГЎpidamente la primera parte de la cuerda porque era delgada, pero luego se detuvo.

Cuanto mГЎs lo intentaba, menos podГ­a cortar.

EscuchГ© una risa detrГЎs de mГ­ y sentГ­ un escalofrГ­o, un escalofrГ­o que corrГ­a por mi columna haciendo temblar mis brazos. Mis extremidades temblaron pero no mi voluntad, y entendГ­ que el sombrГ­o niГ±o era el niГ±o que me perseguГ­a y que en ese momento aparecГ­a ante mГ­, con sus ojos verdes y terribles.

HabГ­a escondido en la cuerda pequeГ±os alfileres.

Furiosa, comencГ© a quitarlos, tratando de equilibrar la rotaciГіn con mi peso. Estaba desesperada, pero lo intentГ© y lo intentГ© de nuevo, punzГЎndome las manos y maldiciendo por los pinchazos.

Y la cuerda cediГі. La pequeГ±a cayГі al suelo, pero al menos podrГ­a decir que su eterno balanceo habГ­a cesado.

DespuГ©s de ver esos horribles ojos verdes, estaba confundida, pero me hice la fuerte y comencГ© a gritarle al monstruo, no tenГ­a mГЎs que mi voz. Le dije, mostrГЎndole a la pequeГ±a niГ±a tendida en el suelo: "Esto es lo que hiciste, no me queda mГЎs nada, ВЎNADA! Me quitaste todo porque sГ© que esta niГ±a estarГ­a atada a mГ­ en el futuro. Ahora mГЎtame si quieres... haz lo que quieras, ВїquГ© quieres, mi sangre?

Lo desafiГ© como loca, pero Г©l habГ­a cambiado. Me estrechГі la mano y me dijo que habГ­a hecho lo correcto, que habГ­a pasado la prueba y que me habГ­a fortalecido.

La fortaleza que se habГ­a forjado dentro de mГ­ la construГ­ con paciencia, asГ­ como los herreros vencen el hierro y lo moldean para obtener espadas muy afiladas y objetos de valor excepcional. Pero incluso aquellos que se forjan, se presionan y se empeГ±an pueden cometer errores, y este es quizГЎs el origen de toda inseguridad y del anillo comГєn a toda la humanidad: un escalofrГ­o y una inseguridad que nos empujan a escapar o atacar; capitular o vencer.

Esta vez habГ­a ganado, pero el viaje tenГ­a que continuar y otros desafГ­os aparecГ­an ante mГ­. Por un lado, no podГ­a esperar para medirme contra ellos, pero por el otro, todavГ­a sentГ­a un temblor helado de miedo hacia lo desconocido. Sin embargo, continuГ© con mis botas gastadas hacia otros desafГ­os y otros territorios.

Los tormentosos territorios tГ­picos de una tundra del norte parecГ­an estar a mis espaldas, con su fuerte olor de abedul y los altos abetos seguidos por la nieve invernal. Los ГЎrboles siempre verdes, que antes estaban a mГ­ alrededor, se apartaron para dejar espacio a un misterioso laberinto.

De repente, me encontrГ© cerca de unas intrincadas ruinas, que tenГ­an tantos aГ±os como capas de lГ­quenes que los cubrГ­an. Estaban en mal estado pero aГєn dibujaban sus contornos. Si querГ­a ir al laberinto, tenГ­a que seguir la direcciГіn de esas ruinas; Pacientemente, con tenacidad y espГ­ritu de sacrificio, tuve que someter mi voluntad a la del destino. El destino no habГ­a sido muy generoso hasta ahora, dada la secuencia de desafГ­os que habГ­an endurecido mi espГ­ritu y mi piel, fortaleciendo mi cuerpo y cansГЎndome terriblemente.

La fatiga era un sentimiento que conocГ­a bien, una amiga y una compaГ±era cotidiana. Era como una mujer que no miente: hermosa y terrible al mismo tiempo. No tan atractivos fueron los escritos que encontrГ© en las paredes, terribles escritos y pentagramas que parecГ­an estar dibujados con restos humanos y sangre.

Al revisar los escritos, me asustГ© mucho mГЎs: decГ­an que no entraran y que no se aventuraran, que no probaran este terrible camino; decГ­an que dejaran sus deseos porque no se harГ­an realidad, porque simplemente morirГ­amos.

Rastros humanos, crГЎneos y cuerpos torturados no muy lejos de mГ­. Me sentГ­ observada y espiada. Todo, absolutamente todo podГ­a haber pasado en ese momento.

Sola atravesГ© ese nuevo territorio hostil hecho de arena, con pequeГ±os espacios pavimentados y musgo que crecГ­a entre las grietas de las antiguas ruinas.

En esas ruinas habГ­a crГЎneos abandonados, algunos con el cabello aГєn enredado, un cabello ahora amarillento por el tiempo.

De repente, un crujido sospechoso y luego un golpe fuerte. Una puerta giratoria apareciГі frente a mГ­, que empujГ©.

Y lo que encontrГ© me dejГі sin palabras.

Era yo misma. Era yo, pero en cierta forma diferente.

Era yo, era yo misma lo que veГ­a y no lo podГ­a creer. Finalmente tendrГ­a alguien con quien hablar y confrontar. PodrГ­a decirme de dГіnde venГ­a, quГ© hacГ­a.

Ella se parecГ­a a mГ­ en todo, solo que estaba vestida con mГЎs elegancia. Se habГ­a enfrentado a muchos altibajos como yo, pero no tan peligrosos. Al estar en un hermoso jardГ­n, en una dimensiГіn distante, se habГ­a caГ­do y tropezГі con la puerta dimensional que habГ­a abierto. AsГ­, habГ­a pasado de un mundo a otro, encontrГЎndose confundida y sorprendida por la novedad.

Ahora Г©ramos dos en este mundo paralelo, Г©ramos dos heroГ­nas en la noche, en el frГ­o de estas escalofriantes ruinas. Г‰ramos dos, pero aГєn asГ­ seguГ­amos siendo gemelas, dos pequeГ±as almas en la noche, dos velas encendidas que podГ­an ayudarse mutuamente o decidir morir compitiendo.

La competencia femenina era algo mortal, que habГ­a llevado a las mujeres a agarrarse de los cabellos por el amor de un mujeriego o perder sus empleos por no estar dispuestas a congraciarse con el jefe; La competencia es tan poderosa y mortal como los frascos de veneno. No quedaba mГЎs que temerle.

AnalicГ© cuidadosamente las actitudes de mi clon, mi gemela, pero ella siempre se mostrГі muy afable y comprensiva. Siempre me seguГ­a y tenГ­a una actitud amable y abierta hacia mГ­. En la medida que nos aventurГЎbamos mГЎs y mГЎs en las ruinas, nuestra armonГ­a se incrementaba.

Ese breve momento de tranquilidad, ese breve momento en que me di cuenta de que ya no estaba sola, de que podГ­a tener un futuro, sin embargo, pronto se disipГі.




PARTE II



El MONSTRUO DE LA CAVERNA






Era monstruoso, ruidoso y se alimentaba del miedo. Su cuerpo estaba enrojecido con venas a la vista por la quemadura total de su piel. Era muy alto, de unos cuatro o cinco metros, con pies fuertes y muy grandes que se movГ­an, haciendo el sonido de una roca que se hace aГ±icos en el suelo. Su boca estaba llena de dientes para morder y le encantaba la carne humana.



HabГ­a vivido allГ­ durante siglos, y jГіvenes y viejos ocultos esperaban en el centro de las ruinas, en el punto en que se hacГ­an mГЎs amplias; HabГ­a vivido en las ruinas desde que era un castillo fantГЎstico. Era el hijo indeseado de la violencia y habГ­a sido maldecido desde el primer momento. Era el resultado de una violaciГіn combinada con siete maldiciones antiguas.

Sus ojos eran de color amarillo brillante y podГ­a ver en la oscuridad, olfatear en la oscuridad.

HabГ­a hecho un pacto con otra criatura demonГ­aca: un monstruo que odiaba la inocencia.

Sus nombres eran MaldiciГіn, el resultado de las maldiciones, y Venganza, el que odiaba la inocencia.

Venganza era un asesino silencioso, refinado, inteligente y psicГіpata que, viГ©ndose morir en la hoguera, habГ­a hecho un pacto con MaldiciГіn antes de ser quemado vivo. MaldiciГіn, habГ­a podido recuperar las cenizas de Venganza y traerlo de vuelta a este mundo. Este Гєltimo, despuГ©s de ser quemado en la hoguera, habГ­a regresado con una sed de sangre cada vez mayor.






Venganza llevaba una camisa hecha jirones en la que todavГ­a se podГ­a leer su nombre: estaba escrito en tiza blanca y rodeado por el rojo de sus vГ­ctimas.

Los dos asesinos inmediatamente sintieron la presencia de dos humanos y se escondieron en la oscuridad sin decir una palabra, sin un solo momento de vacilaciГіn. ConocГ­an nuestro miedo, podГ­an olerlo y percibГ­an cada olor en el aire, la inseguridad. Ya sabГ­an que Г©ramos dos almas errantes que habГ­an perdido su orientaciГіn.



La otra yo y yo estГЎbamos felices de estar juntas, pero ese sentimiento nos traicionГі, en el sentido de que inicialmente habГ­amos explorado con temor las ruinas antiguas con estanques derruidos y decadentes, pero luego, nos dejamos llevar por el entusiasmo y seguimos adelante, pero sin un mapa. Muchas veces nos encontramos en callejones sin salida, y al final, despuГ©s de dar vueltas y vueltas varias veces, nos dimos cuenta de que estГЎbamos perdidas.

Ya no sabГ­amos volver, tenГ­amos que intentar salir. Las ruinas estaban cada vez menos daГ±adas y mГЎs compactas, como si hubiГ©ramos entrado en un ala relativamente mГЎs nueva. Las paredes eran gruesas, grises y hГєmedas, el agua goteaba del techo y creaba charcos en el suelo.

Dentro de ese laberinto habГ­a grandes habitaciones medio vacГ­as, grises, hГєmedas y oscuras. A veces la condensaciГіn se depositaba en la pared, otras formaban una niebla lejos de nosotros. Intrigadas, tratamos de saber de quГ© se trataba la niebla y por quГ© nos sentГ­amos terriblemente espiadas.

En ese misterioso laberinto, dos sentimientos opuestos impregnaron nuestras almas: el miedo y el deseo de explorar.

El deseo de explorar nuevos territorios es un impulso que se siente especialmente durante la pubertad y, de alguna manera, volvimos a ser adolescentes, a pesar de que nos enfrentamos a nuevas bГєsquedas.

Nuestras emociones eran conflictivas, pero sabГ­amos que, aunque el peligro era inminente, Г©ramos seres humanos y tenГ­amos que comer. Eran dГ­as de escasez, pero aГєn tenГ­amos reservas de carne seca porque cuando mi otra yo estaba fuera de las ruinas, habГ­a cazado y recogido bayas.

Nos retiramos a un rincГіn para consumir ese frugal almuerzo que, en mi opiniГіn, solo podГ­a ser delicioso. Nuestros dientes funcionaron como cuchillas que cortan todo y nuestra comida desapareciГі rГЎpidamente. Limpiamos el ГЎrea y continuamos nuestro peregrinaje esperando no encontrarnos indispuestas. Durante el viaje habГ­amos vuelto a ver las horribles imГЎgenes dibujadas y escritos que nos incitaban a marcharnos, a escapar, pero ВїHacia dГіnde podrГ­amos escapar?

ВїDГіnde podrГ­amos encontrar un refugio? ВїCГіmo podrГ­amos salir de ese laberinto?










Continuamos y afortunadamente encontramos armas y balas; Las llevamos pensando que en el futuro podrГ­an sernos Гєtiles.

TambiГ©n encontramos una especie de campamento destruido. ParecГ­a que habГ­a sido atacado y los cadГЎveres habГ­an sido arrastrados: las franjas de sangre causadas por el arrastre de los cuerpos eran claramente visibles, pero no encontramos ninguna de las vГ­ctimas.

Recolectamos todas las armas posibles y tambiГ©n el pequeГ±o botiquГ­n de primeros auxilios: no sabГ­amos lo que nos esperaba y para eso querГ­amos prepararnos. Si quisieran matar a estas dos mujeres solitarias, bueno, tendrГ­an que trabajar duro.

EstГЎbamos armadas y, con la esperanza de ayudar a quienes habГ­an sido atacados, avanzamos siguiendo los caminos de sangre. Sin embargo, pronto comenzamos a temer lo peor para los pobres desafortunados:

Estos deben haber perdido mucha sangre y su final ya habГ­a sucedido o estaba muy cerca.

Seguimos las vetas de sangre a lo largo de una gran sala, luego pasamos a un lugar mГЎs estrecho y oscuro. Solo algunas antorchas iluminaban el camino, pero ya habГ­amos decidido nuestra ruta y nos dimos ГЎnimo mutuamente.

Desde el estrecho corredor habГ­a un pasaje mГЎs ancho con techos muy altos que contenГ­a otra gran sala amurallada en el centro. De adentro para afuera solo se veГ­a la entrada, y fue bueno porque, sintiendo nuestro olor, los monstruos salieron a buscarnos sin saber exactamente dГіnde estГЎbamos, y pudimos escondernos rГЎpidamente detrГЎs de una roca.

Estaban horribles y sucios, manchados de sangre. Simplemente escalofriante. Estaban peleando, lo supe porque se lanzaban extraГ±os rayos y bolas de fuego que golpeaban sus cuerpos; Si los golpeaban, se quejaban con terribles gritos de barГ­tono.

No eran gritos comprensibles para nosotros, pero asumГ­ que habГ­an empezado a pelear y, a hacerse daГ±o, probablemente porque tenГ­an demasiado tiempo, solos y aburridos.

La lucha continuГі y comenzaron a dejar de oler el aire, pero solo para pelear entre ellos, siempre de una manera mГЎs apasionada. QuizГЎs habГ­an perdido interГ©s en nosotros.

Se hacГ­an daГ±o el uno al otro: era hora de atacar y buscar sobrevivientes. TodavГ­a podrГ­amos salvarlos o tratar de hacerlo, pensГ© esperanzada. Sin embargo, no habГ­a muchas esperanzas, pero si acababan de ser atacados, tal vez con el botiquГ­n de primeros auxilios los hubiese podido ayudar.

AsГ­ que decidimos atacar a los monstruos por la espalda y disparar apuntГЎndole a sus heridas; Para debilitarlos, si no matarlos.

ImaginГ© claramente nuestro compromiso, nuestro progreso silencioso.

Empezamos a disparar un segundo antes de que nos notaran. Nuestras balas, a pesar de su gigantesco tamaГ±o, eran dolorosas. Le descargamos todo lo que pudimos sobre ellos, pero luego todo terminГі mal.

Vi el final, lo vi en los ojos oscuros de la mujer que habГ­a sido mortalmente herida y era exactamente igual a mГ­; PodГ­a ver con sus ojos y percibir la vida que lentamente la estaba abandonando. Sin embargo, tuve que irme. Ella entendiГі que tenГ­a que escapar y en sus ojos vi el perdГіn y la comprensiГіn. Mi huida era comprendida, justificada.

En los dГ­as por venir, soГ±arГ­a y sentirГ­a todo el dolor de esa criatura que venГ­a de lejos, que nunca volverГ­a a ver, mi propia imagen proveniente de una dimensiГіn diferente. PodГ­a sentir el impacto helado generado por el ardiente vГіrtice que me absorbГ­a, pude sentir el contacto con el frГ­o suelo rudimentario, habГ­a mirado hacia arriba sabiendo que no habГ­a mГЎs esperanza en este mundo.



A pesar de que todos los monstruos seguГ­an vivos y podГ­an hacerme daГ±o, tuve que dejar sola a mi nueva compaГ±era de aventuras.

Para intentar matarlos, ella se prendiГі fuego y explotГі las balas que quedaban. Eso provocГі un inmenso dolor a los monstruos que parecГ­an gritar, gemir y rugir de ira, frustraciГіn y dolor. Los habГ­a visto de rodillas por el rabillo del ojo y dentro de mГ­ esperaba deshacerme de ellos.

CrucГ© el ancho pasaje y me encontrГ© en la habitaciГіn donde MaldiciГіn y Venganza torturaban a los prisioneros y los sacrificaban a quien sabe cual divinidad del inframundo.

Varios cuerpos habГ­an sido sacrificados y colgados cabeza abajo, de modo que la sangre goteaba y con eso la vida. Era espeluznante y dramГЎtica, la peor escena que habГ­a visto jamГЎs.

TenГ­a piel de gallina y lГЎgrimas en los ojos; Un terror nunca conocido recorrГ­a mi cuerpo. Temblaba ante el mГ­nimo peligro, y ante cada movimiento en la luz de las antorchas, un escalofrГ­o me recorrГ­a la espalda. Me repetГ­a a mГ­ misma que tenГ­a el deber moral de ayudar a las personas necesitadas, esa era mi naturaleza y tenГ­a que seguirla.

EscuchГ© algo como un sollozo dentro de un saco y tratГ© de averiguar quГ© era. Sin embargo, podrГ­a ser peligroso: podrГ­a ser un prisionero inocente o una criatura como MaldiciГіn y Venganza.

SeguГ­ los gemidos. Probablemente era la voz de un hombre que pedГ­a ayuda, pero no entendГ­a lo que estaba diciendo ni a quiГ©n estaba invocando. AbrГ­ el saco y saliГі un hombre bellГ­simo. TenГ­a ojos azul verdoso, cabello rubio y los rasgos tГ­picos nГіrdicos que siempre me habГ­an enloquecido; Los brazos eran poderosos y parecГ­an haber sido creados para protegerme.

Me sonriГі con gratitud y tratГі de hablarme, pero no entendГ­ lo que estaba diciendo. En un instante, sin embargo, nos dimos cuenta de que tenГ­amos que escapar de nuevo porque Venganza y MaldiciГіn aullaban y deseaban la revancha. Estaban muy cerca de nosotros.

Escapamos sin hacer ruido.

Al fondo de la habitaciГіn, de repente Г©l me seГ±alГі una compuerta con reja. Primero, sin embargo, deberГ­a abrir eso y luego la rejilla, asГ­ que yo, que estaba armada, tuve que protegerlo y dispararle numerosas balas a los dos monstruos que estaban heridos, pero todavГ­a endemoniadamente muy activos. A estas alturas ya podГ­a verlos: eran dos criaturas del inframundo. Comenzaron a lanzar bГіlidos amarillos en mi direcciГіn, me protegГ­ como pude y les seguГ­ disparando.

Estaba tan concentrada, que el bellГ­simo hombre se sintiГі obligado a agarrarme por el cuello para darme la vuelta y hacerme entrar por la trampilla, que nos apresuramos a cerrar detrГЎs de nosotros, al igual que la reja.

A tientas caminamos por ese lugar oscuro. La luz era tenue, pero no estaba sola. Tanto Г©l como yo tuvimos en los ojos y en el corazГіn uno de los dГ­as mГЎs tristes y dolorosos que los humanos pudieron haber conocido; Г‰ramos pequeГ±os, dГ©biles y asustados.

A pesar de nuestro miedo y los gritos enloquecidos de los dos monstruos, en la tenue luz, el maravilloso hombre logrГі encontrar una espada.

Me di cuenta de que mi compaГ±ero de aventura sabГ­a cГіmo empuГ±arla y tambiГ©n debiГі haber entrenado para usarla; Esto justificaba los atractivos brazos grandes y musculosos.

Continuando con la espada, tambiГ©n encontrГі a un hombre muerto con una armadura, y me hizo entender que querГ­a que lo ayudara a quitar el cadГЎver, de manera que Г©l pudiera usarla; Afortunadamente, no le quedГі ni muy grande ni demasiado estrecha. Era rГЎpido y ГЎgil incluso vistiendo eso.






Avanzamos a travГ©s de los tГєneles que eran cГЎlidos y tenuemente iluminados, pero nos daban cierta sensaciГіn de tranquilidad. Continuamos durante mucho tiempo. No habГ­a peligros.

A estas alturas ya habГ­a comprendido que Г©l sabГ­a cГіmo usar las armas, que era inteligente y trataba de comunicarse; debe haber sido un soldado. Me pareciГі gentil en gestos y movimientos, tal vez porque lo habГ­a salvado. Siempre estaba dispuesto a ayudarme y parecГ­a estar buscando comida al igual que yo.

En ese caso tuvimos suerte: las ruinas tenГ­an sus desagГјes y estГЎbamos en uno de ellos.

El agua demostrГі ser de buena calidad y al agregar unas hierbas medicinales, se hizo potable. TambiГ©n encontramos cadГЎveres de animales. Г‰l era muy bueno cortando la carne, la cubrimos con sal para conservarla por mucho tiempo.

Г‰ramos un buen equipo: yo era emotiva y sensible, feroz luchadora armada, Г©l era mГЎs tГ©cnico y considerado, pero siempre, como yo, dispuesto a ayudarnos el uno al otro. Fuimos muy leales entre nosotros y en el tiempo que pasamos en las ruinas nos convertimos en buenos amigos, con lo que nos permitiГі la barrera del idioma.

HabГ­amos encontrado animales muertos, y gracias a su habilidad con cualquier cosa que parecГ­a un cuchillo o una espada, tambiГ©n conseguimos cГіmodos abrigos que por la noche nos servГ­an como cobertores: para mantenernos calientes.

DespuГ©s de varios dГ­as de vigilancia y esfuerzos, nos encontramos en una pendiente que nos llevГі a un agujero. Bajamos, pero el camino era inclinado y resbaladizo, y en un principio, mientras no perdiГ©ramos el equilibrio, bajamos rГЎpidamente. Daba miedo pero ahora no podГ­amos devolvernos. Seguimos bajando sin podernos detener, nuestras piernas se movГ­an mГЎs y mГЎs velozmente. TemГ­amos que nunca nos detendrГ­amos. No podГ­amos agarrarnos a ninguna barandilla o plantar firmemente nuestras botas, solo podГ­amos rezar para que tarde o temprano la maldiciГіn terminara. Pero ВїpodrГ­a realmente terminar? ВїPodrГ­amos realmente encontrar un punto de apoyo?




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